lunes, 30 de abril de 2012

VERSIONES

de versos



I.

Verso solitario y despoblado,
perdido de algún poema.

Verso vagabundo, atormentado,
buscando triste al poeta.

Verso de la rima y la medida abandonado,
no hay nadie ya quien te quiera.

Verso errante, verso aislado,
no hay nadie ya quien te lea.



II.

Verso solitario y despoblado,
verso vagabundo, atormentado,
verso de la rima y la medida abandonado,
verso errante, verso aislado,

perdido de algún poema,
buscando triste al poeta,
no hay nadie ya quien te quiera,
no hay nadie ya quien te lea.

lunes, 16 de abril de 2012

POR EL AMOR DE DIOS



Cuando Hamlet recita con una calavera en la mano todas sus angustias y pesares, lo está haciendo con un objeto cargado de simbolismo.
Cuando George Peppard entrega un anillo de diamantes a Aundrey Hepburn en un taxi, bajo una lluvia insistente en la película Desayuno con Diamantes, le está declarando un sentimiento con otro objeto cargado de simbolismo.
Cuando Hirst recubre de diamantes una calavera real del siglo XVIII, esta uniendo ambos significados, con un resultado imprevisible.
No se trata más que de diferentes maneras de combinar el carbono. Por una parte formando cristales y, por otra, con milenios de evolución. Sin embargo, la interpretación que el observador le da es individual y única. Cada uno tenemos una manera privada y personal de entender la muerte, la vida, la pasión, la riqueza, el amor… Por ello, cuando observamos la obra -esa mezcla-, una infinidad de sensaciones nos invaden y, como Hirts ya está acostumbrado a hacer, nos deja al menos un estado de intranquilidad que nos invita a seguir investigando y explorando en ese sentimiento.

martes, 10 de abril de 2012

COMO UN AULLIDO INTERMINABLE



Somos los mismos hasta que dejamos de ser. Entonces nos damos cuenta de que nunca fuimos los mismos.



Siempre es la misma sintonía. La misma música sonando una y otra vez.  Ya la conozco. Es la melodía de la vida. Nadie se libra de ella. De padres a hijos, abuelos y nietos. Surge incluso en lo inesperado. No me asusta el paso del tiempo. No tengo más remedio.



Algunas mañanas cuando me levanto y veo mis pies en el suelo, siempre me acuerdo de mi padre. Estos pies míos parecen los suyos. Los muevo un poco y es como si estuviese viendo esos pies algo huesudos, frágiles y llenos de pequeñas venas que tuvo mi padre.



Lo duro, lo realmente cruel, es que una vez aquí, ya no hay vuelta atrás, ya no puedes volver atrás (sí, así es, porque la vida ya te empuja como un aullido interminable).